Ramón Astray, cabilador de imágenes
Hay quien dice que la ironía y el sentido del humor son sinónimo de inteligencia, pues bien, si eso es cierto, y aún encima añadimos que la persona a la que me estoy refiriendo es un artista estupendo con dotes de dibujante imaginativo, creativo y prolífico, con un color sobrio y paleta parca, repisa de mil y un tarros de color, entonando el más difícil todavía, quiere esto decir que estamos delante de un muy buen artista.
Con estas cinco líneas bastaría para definir a un estupendo pintor, pero no para definir a Ramón Astray. Sobra decir que Astray es amigo mío, pero esto, aun que pareciera que es una ventaja para hablar de un artista, yo creo que es un hándicap, y no quiero verme influenciado de ese matiz para desarrollar un comentario sobre la obra de este pintor.
La obra de Astray, dentro del expresionismo figurativo, también podríamos meterla en el surrealismo fantástico. Para los surrealistas, el subconsciente es fundamental y si miramos para el interior de la pintura de Ramón Astray, aun que tiene un componente racional que es el titulo como única arma iniciadora, es el subconsciente el que se acaba delatando y dando forma en el lienzo. El otro componente de su pintura es el expresionismo, movimiento nacido en norte Europa alrededor de 1.910 que en sus inicios destacaba por la utilización de los colores puros y que en la actualidad se ha ido suavizando poco a poco hasta convertirse en la herramienta de expresión de cantidad de artistas.
Si conjugamos estos dos estilos, esta claro que el resultado es un artista estupendo, pero no quiero quedarme solo en esto, la pintura de Ramón es también cubista y moderna basada en un dibujo complicadísimo donde las figuras se entrelazan unas con las otras, formando muchas veces parte de sus ricos fondos.
No quiero desilusionar a nadie, pero la obra de este inventor de ilusiones, de este cavilador de imágenes e inventor de bajorrelieves es muy difícil de imitar, por que para hacerlo, hay que nacer con esa rara virtud que es la sutil-ironía, con ese punto de mirada “maliciosa” con que escruta el entorno, y ponerlo todo al servicio de la plástica, y aún así disponer de técnica suficiente para salir airoso del problema.
Ramón, gracias por estar ahí, y obligarnos a parar delante de tus cuadros e inventarnos historias que al principio parecen obvias, pero lo son solo después de leer el titulo. Condición indispensable en su obra como lo puede ser el color el dibujo ó los pinceles, herramientas imprescindibles para la creación de un cuadro.
Pedro Bueno Salto